jueves, 31 de octubre de 2013

República de...


Con el reciente movimiento social que pretende "separar" a Baja California de México por el hecho del aumento de impuestos, vamos a hacer un pequeño viaje a aquellas Repúblicas que si han existido en México durante alguno de sus periodos de vida independiente, el texto no incluye ni a Texas ni a Centroamérica porque solo se abarcan aquellos territorios que a día de hoy siguen formado parte de los Estados Unidos Mexicanos.

República de Yucatán
Posiblemente el caso independentista más conocido en la historia de México fue el de esta república localizada en la conocida península del sureste del territorio nacional, cuando México surgió como una nación independiente Yucatán pactó la incorporación al país siempre y cuando este fuera una república federal y liberal.
En 1841 México adoptó una forma de gobierno centralista, esto provocó malestar en las autoridades regionales de Yucatán, quienes, al darse cuenta que ese no era el pacto que habían firmado, proclamaron la independencia el 16 de marzo de ese mes en Mérida ciudad que se volvió la capital nacional.

La nueva república se erigió como "libre e independiente de la nación mexicana", adoptó la bandera aquí mostrada que representa a los cinco departamentos que integraron el país (Mérida, Campeche, Izamal, Valladolid y Tekax). Otra de sus novedades fue la Constitución de 1841 la cual incluía garantías individuales, libertad de culto, jurado popular, supresión de fueros y algo novedoso que perdura en México hasta el día hoy: el juicio de amparo.

México continuó en su labor de reincorporar a Yucatán al territorio, por ello en diciembre de 1843 se firmaron unos convenios que pactaron el retorno de la nueva nación a la Republica Mexicana pero con niveles de autonomía que ningún otro territorio tenía.
En 1845 el Congreso Mexicano rompió esos acuerdos y por ello los yucatecos volvieron a declararse independientes el 1 de enero de 1846, sin embargo, una gran cantidad de problemas internos en la península y una fuerte pugna entre las ciudades de Mérida y Campeche (ambas ciudades eran sede de un gobierno que se proclamaba como el legítimo), el problema se acentuó con la aparición de la Guerra de Castas, al final debido a que los rebeldes mayas ocupaban la mayoría de la Península, el gobierno yucateco de Mérida pactó su reintegración en la República Mexicana, la cual se hizo vigente en 1848, y que además sirvió para enviar a tropas mexicanas a sofocar la rebelión maya.

República del Río Grande
Fue un intento de nación independiente que sería formada por los estados de Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas y la parte de Texas que no se separó de México, la República tuvo su periodo de existencia entre el 17 de enero y el 6 de noviembre de 1840.
 Como respuesta a "Las Siete Leyes" como fue conocida la Constitución Mexicana de 1836 que establecía un régimen centralista, los gobernadores de los estados citados previamente decidieron fundar una federación en una zona que ya era fronteriza por la anterior independencia de Texas, Antonio Canales se convirtió en el líder del movimiento que llegó a controlar gran parte de la zona.
Todo concluyó en noviembre de 1840 cuando el general Mariano Arista logró un acuerdo con el ejército del Río Grande en el que optaban por la rendición y la reintegración en México.

República de Baja California/República de Sonora
Así es, que Baja California pretenda separarse de México no es algo nuevo, en diciembre de 1853 en La Paz el filibustero estadounidense William Walker junto con unos 200 hombres proclamó la independencia de este territorio, estableció su capital en la ciudad de Ensenada de Todos Los Santos, el intento no duró demasiado ya que al siguiente año fue integrada en la República de Sonora, idea también de Walker.


   
Primera bandera de la República de Baja California


En el caso de Sonora ya se habían dado con anterioridad varias incursiones de filibusteros y apaches quienes aprovechaban la escasa vigilancia de la zona para penetrar en ella y lograr algunos robos, sin embargo nadie llegó tan lejos como Walker quien en 1854 pretendió ocupar también Sonora para unirla a su República de Baja California con la ayuda de su pequeño ejército de filibusteros, sin embargo, en agosto de 1854 fue derrotado en Guaymas por el ejército mexicano quien fue ayudado por el gobierno norteamericano.


 Como apunte final, este personaje William Walker fue todo un caso en la América Latina del siglo XIX, ya que llegó a ocupar la presidencia de Nicaragua en 1856, sin embargo, un ejército de varios países centroamericanos lo derrotó y fue fusilado el 12 de septiembre de 1860 en Trujillo (Honduras).





Aunque en esta ocasión el separatismo en México es una idea más de protesta simbólica que de realidad no está de más recordar algunos casos que sin duda añaden algo más de folclor a la historia de México.

martes, 15 de octubre de 2013

El gol de la prisión

Esta es una de esas historias que representa lo que la gente es capaz de hacer emocionada cuando su selección de fútbol gana un partido importante, que quede claro, que yo no estoy en contra del fútbol, al contrario, adoro este deporte y me emociono ante los goles de mi selección o de mis equipos favoritos, volviendo al punto, esta historia habla de lo que hizo Augusto Mariaga tras la victoria de México por un gol a cero ante Bélgica en el Mundial de México 1970.



Augusto Mariaga quien trabajaba como funcionario en la Cárcel de Chilpancingo, no era un apasionado del fútbol, sin embargo, el mundial de 1970 significó para él, como para mucha gente en este país un empuje de patriotismo y orgullo nacional, contemplar tantas banderas en el estadio, a la gente cantar el Himno Nacional a todo pulmón antes de los partidos, la manera en que la población apoyó a su selección, todo esto comenzó a tener un efecto en Mariaga quien se comenzó a obsesionar de gran manera con el equipo mexicano, quería saberlo todo de la Selección.

La noche del 10 de junio de 1970 Augusto, cerró las celdas de los presos que estaban cumpliendo condena en la cárcel de Chilpancingo (Guerrero) para retirarse a descansar en un cuarto de la misma prisión en donde comenzó a observar la jornada futbolística sin imaginarse nada de lo que la pasión por el deporte lo llevaría a hacer el siguiente día.

Llegó entonces el día 11 de junio de 1970, en punto de las 12 del día en el Estadio Azteca comenzó a jugarse el partido entre México y Bélgica ante 115 mil espectadores presentes en el estadio y millones más contemplando las acciones en todo el país, el partido fue ganado por la Selección Mexicana con un gol a cero.
Esa fue la primera ocasión en la que México calificaba a la segunda ronda de un mundial, lo cual desató el júbilo y la alegría de toda la gente, sentimientos que como no, también afectaron a Mariaga, de una forma un tanto exagerada que incluso es descrita en el libro La Guerra del Fútbol del periodista polaco Ryszard Kapuscinski: 


"Después del partido en que México ganó a Bélgica por 1 a 0, borracho de tanta felicidad, Augusto Mariaga, alcaide de la cárcel de Chilpancingo (estado de Guerrero), que alberga exclusivamente a presos condenados a cadena perpetua, recorre los pasillos pistola en mano, dispara al aire y al grito de “¡Viva México!”, abre una a una todas las celdas, dejando en libertad a 142 criminales peligrosos. El tribunal absuelve a Mariaga, “porque, según se puede leer en la motivación de la sentencia, actuaba llevado por un arrebato de patriotismo”

Tal y como se puede leer Mariaga emocionado comenzó a disparar su pistola y al grito de Viva México abrió todas las celdas de la cárcel y dejó escapar a todos los presos, el fútbol es hermoso sin duda alguna, pero a veces causa estos efectos descontrolados en la gente, para fortuna de Augusto y para darle más romanticismo a la historia, fue absuelto por que "Actuaba llevado por un arrebato de patriotismo."


En aquella edición de 1970 México cayó eliminado en cuartos de final ante Italia por cuatro goles a uno, Brasil se llevaría aquella edición del torneo.

Fuentes.
La Guerra del fútbol, Ryszard Kapuscinski , ANAGRAMA, 1992.
http://www.diarioelpueblo.com.uy/generales/cartapacio-6.html